Manuel Riva
El tránsito en Tucumán parece que siempre fue igual de caótico. La actual falta de respeto por las normas se asemeja a lo que era hace 85 años. Una pequeña noticia aparecida el 3 de junio de 1932 informaba que se había reorganizado la Inspección de Tránsito de la Municipalidad y que durante los controles realizados en los días previos “se han detenido 24 bicicletas por falta de linterna y de freno; 15 por ir en contra del tráfico; 36 automóviles por exceso de velocidad y 22 por falta de carnet; 28 vehículos diversos por infracciones diversas en contra del tráfico; 20 automóviles de alquiler por carecer de desinfección y 41 animales sueltos en los paseos y calles públicas. Además han sido recomendadas las capturas de 18 automóviles particulares, 3 de alquiler, 4 camiones y 5 ómnibus de campaña por exceso de velocidad y escape libre”. Como vemos, los controles eran algo más estrictos, hasta las bicicletas debían ajustarse a las normas de tránsito, pero aun así había gente que no las respetaba. Cabe recordar que por aquellos años convivían en las calles céntricas de nuestra ciudad todo tipo de vehículos, como carros de tracción a sangre, bicicletas y automóviles con motor a explosión.
La calle Laprida
En abril de 1927 la calle Laprida más allá de la avenida Sarmiento recién era abierta al uso público, de tal manera que se obtenía una nueva vía de comunicación hacia el norte de la ciudad. Para lograr esto el recordado gimnasio San Martín, donde hoy funciona el fuero penal de la justicia tucumana, había sido reformado. La obra iba a permitir que los hinchas de Atlético tuvieran otra vía de acceso al estadio Monumental.
Según nuestra crónica de entonces, “la obra ha sido adjudicada por licitación a Rafael Baldrich, el que tiene la obligación de dejar la prolongación de la calle mencionada en perfectas condiciones de tránsito, haciendo las veredas y colocando la arboleda correspondiente en sus aceras. Es una arteria más de acceso a la ciudad que vendrá a descongestionar el tráfico de las calles que corren paralelas a ella y que en la actualidad hállanse en pésimo estado de conservación”. El cronista resaltaba que la obra estaba casi finalizada y luego el municipio iba a “macadamizarla para evitar que el tráfico intenso deje en poco tiempo inútil la calle”.
Avenida Mitre en 1913
La céntrica y transitada avenida Bartolomé Mitre, el actual límite oeste del centro tucumano, no lo era tanto más de un siglo atrás. En los primeros días de mayo de 1913 nuestra crónica anunciaba la decisión de macadamizar dicha avenida. De esta manera se instalaría material pétreo seleccionado para mejorar el tránsito vehicular y evitar los barriales tradicionales luego de las lluvias. Todo un avance para la época. Pero se manifestaba: “sin embargo continúan desde tiempos inmemorial los desfiles de tropas de animales bravos procedentes del Central Córdoba, animales que no solo constituyen un peligro permanente para los vecinos y para los numerosos niños que concurren a las escuelas Juan Manuela Gorriti y de otra situada en calle Córdoba prolongación sino que destruirán en absoluto cualquier obra que se pretenda efectuar en dicho barrio”. Además la noticia pedía que el Concejo determine la clausura “de ese corral público sito en plena población y contra el cual claman, han clamado y clamarán los aterrorizados habitantes de la zona, ya cansados de protestar y escapar de las furias de los terribles animales y de las palabrotas de los arreadores”. Como vemos a pocas cuadras de la Casa de Gobierno la ciudad aún no había generado las necesarias obras de modernización para el bienestar de los vecinos. La crítica del cronista se expresaba así: “hasta ahora las columnas de Hércules existían para el Concejo al empezar los boulevares Mitre y Roca”. Nuestro colega de entonces también señalaba que la “macadamización” no serviría si los paredones del Central Córdoba persisten. Para agregar que sería una “arteria muerta que desempeñará el papel de conductora de las aguas pluviales hasta 24 de Septiembre” si no eran abiertas las calles Las Heras (hoy San Martín), Mendoza, Córdoba y San Juan. Como vemos nuestro diario siempre estuvo interesado en la apertura de la ciudad hacia el oeste. Y cerraba el pedido: “todo un pueblo nuevo y floreciente se ha levantado detrás del Central Córdoba, unido a Villa Luján por varias de las calles nombradas”.
Este pedido venía a reforzar el ya realizado hacia noviembre de 1912. Las aperturas se fueron logrando en varios años. Primero se abrió la calle San Juan, el 23 de abril de 1925, pero hubo que esperar hasta octubre de 2016 para que se inaugure el túnel de la calle Córdoba. Y aún resta la puesta en marcha del paso de calle Mendoza.